Por fin en Casa
Despues de un largo periodo de ausencia de aproximadamente 3 años, por fin tuve la oportunidad de volver a ver a toda mi familia en pleno en la ciudad de la eterna primavera como es mi ciudad natal Arica (Arica siempre Arica mayor es mi lealtad).
Siempre fui postergando el viaje a Arica por distintos motivos; ya sea por trabajo o por que durante los años transcurridos, mis hermanos (el Efrén, el Diego y la Angela), como tambien mi Mami Adela viajaban a Santiago a visitarnos a mi y a la Claudita. Pero siempre la persona que no podia ver y que además quedaba postergada era mi Santa Madre Elizabeth quien nunca se quejó por mi ingratitud.
Pero ahora si pude viajar, pero el motivo de mi viaje a Arica junto con la Claudita se gatilló por un acontecimiento que extremecio los cimientos de mi vida, producto de la partida de un amigo al cual le tengo un cariño muy especial, sip, se trata del Héctor Celis, gran muchacho. Te echaremos de menos todos los que te conocimos.
Ahora me preguntó: ¿Porque me afectó tanto su partida?
Por una razón muy simple, el Héctor se alejó de este mundo no estando con su familia al lado cuando el más los necesitaba, dado que él estaba en la ciudad de Iquique trabajando para Gendarmeria de Chile (un sueño que tanto buscó hasta que lo consiguió), siendo él y su familia de la ciudad de Parral.
El dolor que se siente al saber que uno de los tuyos ya no está contigo y lo peor de todo, ni siquiera pudiste, ni tuviste el tiempo suficiente para despetirte de él. Eso amigos mios me mató...
Pues bien, es por esto que el Héctor me obligó aterrizar en la tierra, provocando que me hiciera una introspección en relación a mis prioridades en la vida, como es el compartir plenamente con los más cercano que posee una persona y que es su familia.
Por lo tanto, al llegar a Arica mi familia, me recibió con los brazos abiertos, dada la distancia que nos separó por largo tiempo, era como si nunca me hubiese ido. Fue una sensación como de volver al nido, de sentirse protegido por los tuyos, eso para mi fue impagable.
Decidimos con la Claudia compartir a concho con mi familia, absorver al maximo a mi Madre que tanto tiempo deje de ver, a mi abuelita que es una mujer incondicional junto a mi madre, a mis hermanos que ahora que los veo me doy cuenta que el tiempo no pasa en vano y que perdí tiempos preciosos por no estar cerca de ellos y por último porque no incluir a mi padre Segundo (aunque esta palabra que suena muy grande como para decirlo abiertamente, siento que el ha sido en unico que padre de verdad que he tenido en mi vida a pesar de todas las dificultades que viví con él).
Pero en fin, no lloraré sobre la leche derramada, porque siempre hay formar de recuperar el tiempo perdido y siento que llegó la hora de demostrarles a ellos lo mucho que los quiero y que los tengo siempre presente.
Siempre fui postergando el viaje a Arica por distintos motivos; ya sea por trabajo o por que durante los años transcurridos, mis hermanos (el Efrén, el Diego y la Angela), como tambien mi Mami Adela viajaban a Santiago a visitarnos a mi y a la Claudita. Pero siempre la persona que no podia ver y que además quedaba postergada era mi Santa Madre Elizabeth quien nunca se quejó por mi ingratitud.
Pero ahora si pude viajar, pero el motivo de mi viaje a Arica junto con la Claudita se gatilló por un acontecimiento que extremecio los cimientos de mi vida, producto de la partida de un amigo al cual le tengo un cariño muy especial, sip, se trata del Héctor Celis, gran muchacho. Te echaremos de menos todos los que te conocimos.
Ahora me preguntó: ¿Porque me afectó tanto su partida?
Por una razón muy simple, el Héctor se alejó de este mundo no estando con su familia al lado cuando el más los necesitaba, dado que él estaba en la ciudad de Iquique trabajando para Gendarmeria de Chile (un sueño que tanto buscó hasta que lo consiguió), siendo él y su familia de la ciudad de Parral.
El dolor que se siente al saber que uno de los tuyos ya no está contigo y lo peor de todo, ni siquiera pudiste, ni tuviste el tiempo suficiente para despetirte de él. Eso amigos mios me mató...
Pues bien, es por esto que el Héctor me obligó aterrizar en la tierra, provocando que me hiciera una introspección en relación a mis prioridades en la vida, como es el compartir plenamente con los más cercano que posee una persona y que es su familia.
Por lo tanto, al llegar a Arica mi familia, me recibió con los brazos abiertos, dada la distancia que nos separó por largo tiempo, era como si nunca me hubiese ido. Fue una sensación como de volver al nido, de sentirse protegido por los tuyos, eso para mi fue impagable.
Decidimos con la Claudia compartir a concho con mi familia, absorver al maximo a mi Madre que tanto tiempo deje de ver, a mi abuelita que es una mujer incondicional junto a mi madre, a mis hermanos que ahora que los veo me doy cuenta que el tiempo no pasa en vano y que perdí tiempos preciosos por no estar cerca de ellos y por último porque no incluir a mi padre Segundo (aunque esta palabra que suena muy grande como para decirlo abiertamente, siento que el ha sido en unico que padre de verdad que he tenido en mi vida a pesar de todas las dificultades que viví con él).
Pero en fin, no lloraré sobre la leche derramada, porque siempre hay formar de recuperar el tiempo perdido y siento que llegó la hora de demostrarles a ellos lo mucho que los quiero y que los tengo siempre presente.
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